Los diferentes usos del ácido hialurónico según las necesidades del cliente

Los tratamientos estéticos se han convertido en una opción recurrente para prevenir, cuidar de la piel y mejorar el aspecto del rostro, así como aumentar el bienestar personal. Proporciona una solución para pacientes que optan por procesos menos invasivos y más rápidos. El ácido hialurónico puede aplicarse a diversos tratamientos y se adapta a los usos y aplicaciones que se requiera, cosa que en ocasiones no se explota lo suficiente.

La empresa de medicina estética, Bloome, apunta que el ácido hialurónico es un componente que se puede emplear para diversos tratamientos, en diversas zonas y para distintas finalidades. Desde la marca han identificado las soluciones de ácido hialurónico según las distintas necesidades y los resultados que la persona esté buscando.

La Dra. Paula Bosch de Bloome, comenta que “el ácido hialurónico mejora la flacidez provocada por el envejecimiento fisiológico de pérdida de la grasa facial que inicia aproximadamente a partir de los 30 años. Así que, mejora la flacidez y aporta volumen”. A lo que añade: “Con la aplicación precisa y personalizada de este componente podemos conseguir restaurar la armonía facial y atenuar los signos del envejecimiento”.

El ácido hialurónico es un tratamiento que influye en la armonía del rostro, evidenciando los resultados obtenidos. Al ser un tratamiento mínimamente invasivo y con resultados prácticamente inmediatos, es la elección más recurrente. El ácido hialurónico en los labios es un tratamiento adecuado para conseguir unos labios más hidratados, definidos y perfilados, así como conseguir más volumen.

Otro tratamiento con ácido hialurónico que se ha popularizado en los últimos meses es la rinomodelación, que consiste en dar una nueva forma a la nariz sin necesidad de intervención quirúrgica, mejorando su perfil y la armonía del rostro. El gran beneficio de este tratamiento con ácido hialurónico es que el retoque de la nariz se realiza sin cirugía y no es invasivo, convirtiéndose en una alternativa ideal para todas aquellas personas que no quieren o no pueden asumir los riesgos y el coste que conlleva realizar una cirugía de rinoplastia tradicional.

El ácido hialurónico es uno de los componentes a los que se recurre más a menudo para tratar el envejecimiento y conseguir rejuvenecer la piel. Hay diversos tratamientos de ácido hialurónico que se utilizan para el rejuvenecimiento del rostro como, por ejemplo, su empleo en los pómulos. El ácido hialurónico en esta parte del rostro consigue restituir el volumen perdido, recuperando su firmeza y elasticidad y consiguiendo un rostro más definido y armónico, así como un aspecto más fresco y juvenil. Otro tratamiento popular con ácido que puede conseguir una apariencia más juvenil es el relleno de ojeras, para tratar tanto las bolsas bajo los ojos, como el oscurecimiento o hundimiento de esta zona, que dan un aspecto cansado y envejecido al rostro.

Por otro lado, para conseguir potenciar el rejuvenecimiento al máximo, se puede optar por combinar tratamientos de ácido hialurónico con radiesse, un tratamiento que consiste en un relleno dérmico a base de hidroxiapatita de calcio que se utiliza para rellenar arrugas y pliegues faciales, así como para aumentar el volumen de las mejillas y la mandíbula. La hidroxiapatita de calcio estimula la producción de colágeno en la piel, lo que aumenta la firmeza y la elasticidad.

Los usos del ácido hialurónico son diversos y cada vez surgen más tratamientos para poder aplicar en distintas zonas del rostro que usan esta sustancia o activo. Una de las preocupaciones más comunes son las líneas de expresión, que son fácilmente tratables. En zonas como el surco nasogeniano o las líneas marioneta pueden tratarse con la inyección de ácido para suavizar y rellenar las áreas, creando un aspecto más juvenil y terso.