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Por qué empeora la rosácea en otoño y cómo tratarla desde la estética profesional
Redacción Belleza Pro14/10/2025 Con la llegada del otoño, las pieles sensibles vuelven a enfrentarse a un desafío: el cambio de temperatura, el viento, la calefacción o la sequedad ambiental pueden agravar alteraciones como la rosácea. Esta afección cutánea, frecuente en pieles finas y reactivas, se manifiesta con enrojecimiento persistente, capilares visibles, sensación de calor y, en ocasiones, pequeños granitos que se confunden con el acné, aunque su origen es muy distinto.
La facialista Pilar Gaudí, directora de los centros Nina Merli en Granada, explica: “El abordaje estético de la rosácea requiere una estrategia integral que restaure la función barrera, reduzca la inflamación, module la microbiota y refuerce la tolerancia cutánea”.
Luz pulsada de precisión: un tratamiento eficaz y seguro
Entre las técnicas más efectivas en cabina, Gaudí destaca la luz pulsada de precisión (IPL) como una herramienta avanzada para tratar la rosácea y la cuperosis.
“A diferencia de los láseres tradicionales, la IPL emite pulsos selectivos que actúan sobre los capilares dilatados responsables de la rojez, ayudando a reducirlos progresivamente y mejorando la textura, el tono y el confort de la piel sin agredirla”, explica la experta.
Además de atenuar las rojeces y los capilares visibles, la luz pulsada mejora la luminosidad, refuerza la barrera cutánea y hace la piel más resistente frente a futuros brotes.
Protocolo en cabina para tratar la rosácea (por Pilar Gaudí)
- Diagnóstico: se analiza la piel y el historial de la clienta para descartar contraindicaciones (embarazo, medicación fotosensible, exposición solar reciente o patologías activas). También se evalúa el fototipo y el tipo de rosácea antes de limpiar con una emulsión dermocalmante enriquecida con betaína, fermento postbiótico, alfa-bisabolol y complejo minero-termal.
- Aplicación de IPL: se ajustan los parámetros según el fototipo y la tolerancia de la piel. Los disparos se aplican de forma homogénea para cubrir las zonas afectadas. El procedimiento es indoloro y produce solo una sensación de calor moderado.
- Recuperación: se retira el gel conductor, se aplica una mascarilla dermocalmante durante 15 minutos y se finaliza con una crema reparadora prebiótica y un fotoprotector SPF 50+.
Cuidados posteriores: evitar exposición solar directa, fuentes de calor y ejercicio intenso durante 10-15 días. Suspender exfoliantes o retinoides una semana y mantener una rutina diaria calmante con fotoprotección constante.
Desde Nina Merli recomiendan entre 3 y 5 sesiones, espaciadas cada 3 o 4 semanas, y una o dos sesiones anuales de mantenimiento. Los resultados se perciben desde la primera aplicación: la piel se calma, las rojeces se atenúan y el tono se uniformiza.
Cosmética natural para calmar la rosácea
Complementar el tratamiento en cabina con cosmética adecuada es clave para mantener los resultados. La firma gaditana Di Oleo ofrece una gama natural ideal para pieles sensibles o con tendencia a la rosácea, formulada con aceites ecológicos, antioxidantes y extractos calmantes.
- Crema hidratante con AOVE y aceite de rosa mosqueta: ayuda a reducir el enrojecimiento, unifica el tono y mejora la textura.
- Sérum facial con cannabidiol (CBD): calma la inflamación y refuerza la barrera cutánea.
- Jabón natural suave: limpia sin irritar, respetando el equilibrio de la microbiota.
- Cremas de día y de noche con aloe vera y aceites de semillas de granada, geranio y litsea cubeba: nutren, equilibran y reducen la reactividad cutánea.
“La piel sensible no necesita agresión, sino equilibrio. La luz aplicada con precisión, unida a una rutina cosmética calmante y constante, es la mejor aliada para controlar la rosácea”, concluye Pilar Gaudí.
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