“Mientras dormimos, la piel trabaja el doble”, explican desde Mamita Botanical Skincare. “Si aprendemos a acompañar ese proceso con los productos adecuados, el resultado es una piel más luminosa, equilibrada y fuerte por la mañana”.
El movimiento 'slow beauty' nos invita a reducir el ritmo y reconectar con la sensorialidad de los gestos. Crear una rutina nocturna no es solo aplicar productos: es crear un espacio íntimo de bienestar. Pequeños rituales como masajear el rostro con movimientos circulares, aplicar un aceite botánico o respirar profundamente entre cada paso convierten ese momento en una forma de meditación activa.
Entre los imprescindibles, el 1-009 Crema Regeneradora, un tratamiento nutritivo que actúa mientras duermes. Enriquecido con aceite de onagra y semillas de calabaza, ayuda a regenerar, calmar y revitalizar la piel durante las horas de sueño. Su textura fundente y aroma natural convierten la rutina nocturna en un auténtico ritual sensorial, y su contenido en prebióticos ayuda a la renovación celular, mejorando así la microbiota de la piel.
Dedicar unos minutos al final del día a cuidar la piel se ha convertido en un acto de amor propio. Como señalan desde Mamita Botanical: “una rutina nocturna bien elegida es una forma de resetear cuerpo y mente. Cuando dormimos bien y cuidamos la piel con mimo, la belleza se vuelve una consecuencia natural”.