“El estudio previo de la piel es esencial para realizar un correcto maquillaje.”

Entrevista a Alfonso Adamuz, esteticista

Lorena Agua31/05/2023

El cuidado de la piel está en auge y el público es cada vez más consciente de la importancia de aplicar una correcta rutina. A su vez, maquillaje y estética van unidas de la mano. Para que un maquillaje sea 100% óptimo es esencial conocer bien la piel con la que se está trabajando y realizar un estudio previo. Alfonso Adamuz, esteticista, trabaja codo con codo con el maquillador Alberto Dugarte, para que este pueda sacar el máximo partido a sus creaciones.

Alfonso Adamuz, esteticista, a la izquierda, junto al maquillador Alberto Dugarte, profesional con el que colabora estrechamente...

Alfonso Adamuz, esteticista, a la izquierda, junto al maquillador Alberto Dugarte, profesional con el que colabora estrechamente.

¿Qué rutinas hay que seguir en cuanto a la estética a la hora de aplicar un maquillaje?

Al final, maquillaje y rutina estética van juntos de la mano. Te puedo decir qué, por ejemplo, a mi clínica acuden muchos maquilladores/as que tienen problemas a la hora de llevar a cabo su trabajo porque se enfrentan a pieles secas o, por el contrario, pieles grasas, y todo ello hace que el maquillaje dure menos. Yo llegué a un acuerdo con ellas, para demostrar que el estudio previo de la piel es esencial, para realizar un correcto maquillaje. Sus clientas venían a mi clínica para preparar la piel y estudiar qué tipo de piel tienen y con ello las maquilladoras vieron mejorados sus resultados.

¿Qué ventajas notaron las profesionales?

Pues que tenían que emplear menos maquillaje, menos cobertura, porque la piel está más hidratada, más tratada, no se cuartea, cosa que hace que haya que retocar el trabajo porque se seca más la piel, las patas de gallo se cuarteen más… Por tanto, ¿qué se logra con el estudio previo de la piel? Un resultado de maquillaje mucho más natural, más glow, jugoso y duradero en el tiempo porque al haber eliminado la piel antigua se fija mejor el producto.

Es, por tanto, muy importante realizar un análisis previo de la piel antes de aplicar un maquillaje profesional, ¿no?

¡Siempre! Incluso en casa también, hidratando la piel antes del maquillaje. La gente cree que se aplica la base con la piel en seco y no, la piel necesita humedad.

¿Qué deparará la estética para esta temporada, que innovaciones están surgiendo?

La estética está cambiando de forma muy rápida, lo que hoy es nuevo, en un mes ya no lo es. Hay que estar a la última investigando. Personalmente, yo me muevo mucho para conocer qué es lo que se cuece de nuevo. He estado en la feria de Bolonia, para saber cuáles son las nuevas tendencias, aunque creo que no ha habido ninguna, porque conocía lo que había allí en cuanto a maquinaria estética, pero en cosmetología si hay novedades, por lo menos para mí.

Siempre digo que es mucho más importante una buena limpieza facial que un lifting, porque la luminosidad de una piel limpia y bien tratada, hace que incluso las pequeñas arrugas se vean mejor y saludables. Independientemente de la edad que se tenga, tener como base una piel bien cuidada, sana y nutrida y ya de ahí, puedes aplicar los demás tratamientos que quieras.

¿Qué relación tiene nuestra piel con la alimentación?

Toda. Es muy importante, y una cosa en la que hago especial hincapié es en beber mucha agua. El principio de las arrugas viene dado por la falta de agua. Hago siempre un refuerzo a cada uno de mis pacientes: beber agua. Algunos me dicen que les cuesta, pero se lo digo: hay que obligarse a ello, es muy importante. Al mes de aplicar el hábito se nota un cambio en la piel que repulpa, porque al final necesitamos agua para absorber la crema, si hay falta de ella el producto no penetra.

Por el contrario, una cosa que no hay que hacer nunca es aplicarse aceite en la cara, que me he encontrado muchos casos. Siempre pongo el ejemplo del vaso de agua y el aceite, el cual siempre queda arriba, el agua sería nuestra piel. El aceite no hidratará. Es cuestión de buscar la lógica en una rutina con ejemplos que nos encontramos en el día a día y, también, que la paciente hable y explique.

¿Qué acompañamiento lleva a cabo con sus clientas?

Intento que me acaben explicando qué es lo que realmente hacen en su rutina porque, de entrada, no lo cuentan por pudor. Una vez se abren, las aconsejo y acompaño adaptándome a cada una de ellas según lo que necesitan. Les llevo una rutina, que se sientan atendidas bien, como en casa. Hay que tener cuidado porque las influencers dan publicidad a productos que ni ellas mismas se ponen, y el público se puede sentir perdido y tener una falta de información, como está sucediendo con el caso del retinol. Ahí advierto mucho a los pacientes que hay que tener cuidado de lo que se ve en las redes y sobre todo consultar cualquier duda de un tratamiento con su especialista. Hay que estar bien asesorado, y los tratamientos complicados dejarlos en manos de profesionales. Hoy en día, por ejemplo, por internet se tiene acceso a numerosos peelings, ácidos… y ha venido gente a mi consulta que se ha quemado la cara o creado patologías de por vida como la rosácea o piel atópica, debido a la falta de información.

Nos ha hablado de la feria de Bolonia, ¿qué conclusiones ha sacado de su asistencia a la misma?

Pues que Asia y Corea siguen siendo punteros en los avances científicos en el sector. Ojalá se pudieran aplicar todos ellos aquí en España, porque son los número uno. La cosmética y la skincare coreana, es una locura, todos ellos con factores de crecimiento muy similares a los nuestros, con 99,9% de parecido a lo que es la proteína humana. Esto permite conseguir unas regeneraciones espectaculares en piel, cicatrices o arrugas. Hay que intentar traer toda esa tecnología para aquí. Para ellos, el objetivo de la cosmética es curar, no parchear. Aquí contamos con productos con petrolato, bajos en siliconas, con parafinas… y al final esto es asfixiar la piel. Las cremas asiáticas llevan un peso bajo molecular que hace que penetre rápidamente en la capa dermis, no únicamente en epidermis. Podríamos decir que es prácticamente como una inyección: la cara vuelve a cobrar vida. Por todo ello, estoy poniendo en marcha un proyecto con más socios para intentar poder aplicar y traer este tipo de cosmética a nuestro país. De esta forma, creo que se podría abrir una nueva oportunidad a centros que se sienten estancados, y que me encuentro con esta problemática en las formaciones que realizo de estética y medicina. La cosmética con la que contamos te la pueden pintar muy bonita, pero es muy básica.

¿Cree pues, que falta en España más información y conocimiento del sector?

Sí, no tanto formación, como información y conocimiento. Si bien hay mucha formación, no hay tanto conocimiento. Hay carencias a la hora de hacer un buen diagnóstico de si se trata de una piel rosácea, atópica… Soy técnico en diagnóstico y con un correcto diagnóstico se avanza muchísimo en los resultados del paciente. Por otro lado, aconsejo siempre a las personas que quieren abrir un centro, que opten por un centro pequeño. Los grandes conllevan un mayor número de personal, y con ello una mayor rotación del mismo y, por tanto, el seguimiento del cliente se complica. Aconsejo contar con un equipo cerrado y consolidado de profesionales para que cada cliente pueda ser atendido cada vez que va por la misma persona y que se convierta en su guía. Porque piel únicamente tenemos una y como se estropee, se acabó.

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