Tratamientos de cuidado facial

Muchos profesionales de la estética y la dermocosmética se encuentran con clientes que abandonan el uso de retinoides por la aparición de enrojecimiento, picor o sensación de tirantez. Sin embargo, lejos de ser un motivo de alarma, estos signos pueden indicar un proceso beneficioso para la piel: la angiogénesis.

Desde firmas especializadas como Medik8 y Perricone MD, expertas como Estefanía Nieto y Mireia Fernández coinciden en que las nuevas fórmulas con retinal —una forma más avanzada del retinol— minimizan la irritación inicial, aunque es habitual experimentar cierta incomodidad las primeras semanas. Si los síntomas se mantienen tras un mes de uso, no siempre se trata de una reacción adversa, sino de una señal positiva: el producto está haciendo su trabajo.

La angiogénesis es un proceso biológico mediante el cual se forman nuevos vasos sanguíneos a partir de los existentes. En el ámbito cutáneo, este fenómeno ocurre cuando los retinoides estimulan la regeneración celular, provocando una dilatación de los capilares superficiales que se traduce en una leve rojez. Como explica Raquel González, cosmetóloga y fundadora de Byoode, “es el inicio de una piel más sana, firme y con mayor capacidad de regeneración”.

Saber distinguir entre una respuesta inflamatoria y una angiogénesis es esencial para orientar correctamente el tratamiento. La irritación se manifiesta rápidamente tras el uso del producto, con enrojecimiento, sensación de calor o picor, mientras que la angiogénesis aparece a partir de la cuarta semana, sin dolor ni molestias. Según Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour, “la irritación es una defensa puntual de la piel, mientras que la angiogénesis es una remodelación profunda y lenta que mejora su calidad desde dentro”.

Raquel González insiste: “con retinoides de última generación, la irritación puede no presentarse en absoluto. Pero la angiogénesis siempre debería producirse; es la confirmación de que la piel se está transformando para ganar firmeza y colágeno”.

Para el profesional de la estética, comprender y comunicar el concepto de angiogénesis resulta clave. Explicar que la regeneración visible —a menudo confundida con irritación— es un signo de eficacia permite acompañar mejor al cliente en su rutina cosmética, reforzando la confianza en los retinoides como aliados transformadores de la piel.